El Tottenham logró un título que llevaba demasiados años esperando. En una final tensa y disputada, el conjunto londinense derrotó por 1-0 al Manchester United y conquistó la Liga Europa 2024/25. El escenario fue San Mamés, y el único gol del partido lo firmó Brennan Johnson poco antes del descanso. Con este resultado, los ‘Spurs’ no solo se llevan un trofeo a casa, sino también un billete directo para disputar la próxima edición de la Champions League.
El equipo dirigido por Ange Postecoglou supo aprovechar su oportunidad y resistir ante un United que tuvo más llegadas, pero no supo concretar. Mientras tanto, los ‘Spurs’ defendieron su ventaja con orden y esfuerzo, poniendo fin a una larga espera sin títulos y dando a sus aficionados una alegría que se había hecho desear durante casi dos décadas.
Un Primer Tiempo Parejo, Decidido Por Un Error
La primera parte del encuentro no ofreció muchas ocasiones claras, pero sí una alta carga emocional y táctica. Ambos equipos, alejados de su mejor versión en la Premier League, llegaban a esta final con mucho en juego. El Tottenham se mostró algo más ordenado en el arranque, mientras que el United parecía nervioso y sin claridad al momento de construir jugadas.
El gol llegó en el minuto 42, cuando Pape Sarr interceptó un pase de Bruno Fernandes y lanzó un centro desde la banda derecha que parecía fácil de defender. Sin embargo, Luke Shaw falló en el despeje y Brennan Johnson aprovechó el rebote para empujar la pelota al fondo de la red. Fue el único disparo al arco de los londinenses en toda la primera mitad, y terminó siendo decisivo.
Con esa jugada, el Tottenham se fue al descanso con la ventaja. No fue un dominio claro ni un alarde ofensivo, pero sí supo golpear en el momento justo ante un rival que no terminaba de asentarse.
El United Se Volcó, Pero No Encontró El Gol
La segunda parte tuvo un guion distinto. El Manchester United salió a buscar el empate con más decisión, adelantando líneas y generando más peligro por las bandas. Postecoglou, por su parte, optó por un plan más conservador: ceder el balón, replegarse y cuidar la ventaja con orden defensivo.
A medida que pasaban los minutos, los de Ruben Amorim comenzaron a crear más ocasiones. Bruno Fernandes tuvo un cabezazo que pasó cerca del poste, y luego Alejandro Garnacho ingresó desde el banco para darle otra dinámica al ataque. El joven argentino estuvo muy activo y generó dos jugadas claras que bien pudieron haber terminado en gol.
También Van de Ven salvó al Tottenham en la línea tras un remate que parecía superar al arquero Vicario. Pero nada entró. La defensa de los ‘Spurs’ resistió y el arquero italiano respondió con solvencia cuando fue necesario. Incluso en el tiempo añadido, el United insistió con centros al área y disparos de media distancia, pero nunca logró romper el cerco.
Una Final Que Alivia a Unos Y Agrava a Otros
La victoria representa mucho más que un trofeo para el Tottenham. Después de una temporada irregular en la liga inglesa, el título europeo llega como un cierre positivo y un paso adelante en el proyecto de Postecoglou. El técnico australiano, que llegó esta temporada, consigue su primer gran éxito al frente del equipo y se gana la confianza de un club que llevaba 17 años sin levantar una copa.
Además, el triunfo otorga a los londinenses el pase directo a la próxima Champions League, algo que no parecía tan cercano semanas atrás. Por eso, este triunfo tiene sabor a revancha, redención y futuro.
Para el Manchester United, en cambio, la derrota es un nuevo golpe en una campaña marcada por los tropiezos. El equipo quedó fuera de Europa para la próxima temporada y vuelve a cerrar el año sin títulos, en medio de un proyecto que no termina de arrancar pese a los cambios en el banquillo. Amorim, que llegó a mitad de curso con la esperanza de remontar el rumbo, no logró encontrar una fórmula efectiva, y el club deberá replantearse muchas cosas.
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— Betcris (@Betcris) May 21, 2025
Una Noche de Contraste en Bilbao
La final entre dos equipos ingleses no fue la más espectacular en lo futbolístico, pero sí fue intensa y cargada de emociones. En San Mamés se vivió un ambiente de tensión y expectativa, y al final los hinchas del Tottenham fueron los que celebraron.
No fue una exhibición de fútbol ofensivo ni un festival de goles. Fue un partido trabajado, con errores puntuales que marcaron la diferencia y con un Tottenham que supo hacer lo justo para ganar. La postal final fue la de los jugadores londinenses levantando el trofeo bajo los fuegos artificiales, mientras los del United miraban con frustración una temporada más sin gloria.
Así termina la campaña europea para estos dos gigantes ingleses, con caminos muy distintos: los ‘Spurs’ con una sonrisa y billete a Champions, y los ‘Red Devils’ con más dudas que certezas.