Con la espalda contra la pared y su máxima figura fuera de combate, los Celtics de Boston recurrieron a su historia, a su gente y al orgullo que siempre ha caracterizado a esta franquicia. El resultado fue una contundente victoria 127-102 sobre los Knicks de New York, un partido en el que la defensa apareció cuando más se necesitaba y en el que varios jugadores dieron un paso al frente para evitar la eliminación. La serie ahora regresa a la Gran Manzana, donde se disputará el sexto juego.
Un Tercer Cuarto Que Cambió Todo
Después de una primera mitad en la que llegaron a estar nueve puntos abajo, los Celtics salieron del descanso con una mentalidad renovada. El tercer cuarto fue clave: un parcial de 32-17 les dio el control total del partido. La defensa fue la gran protagonista, limitando a los Knicks a tiros forzados y aprovechando cada error para anotar en transición.
Jalen Brunson, el motor del equipo neoyorquino, fue bien contenido y cometió su quinta falta antes de terminar el tercer periodo. Esto permitió a Boston cerrar ese cuarto con una racha de 23-9, y a partir de ahí el control nunca más cambió de manos. La energía defensiva se notó en cada jugada, en cada rotación, y en la agresividad con la que protegieron el aro.
Luke Kornet, generalmente discreto, fue una grata sorpresa con siete bloqueos y una presencia imponente en la pintura. Sus minutos fueron vitales para neutralizar a un equipo de Nueva York que no pudo encontrar respuestas ofensivas sin su base titular en cancha.
White Y Brown Toman El Liderazgo
Con Jayson Tatum fuera por una lesión en el talón de Aquiles, había dudas sobre quién tomaría las riendas del equipo. La respuesta llegó rápido: Derrick White. El escolta firmó una actuación de alto nivel con 34 puntos, incluidos siete triples, mostrando una precisión y confianza que contagió al resto del equipo. Fue el referente ofensivo en todo momento, haciendo olvidar —al menos por una noche— la ausencia de su estrella.
Jaylen Brown no se quedó atrás. Aportó 26 puntos, repartió 12 asistencias y fue clave para mantener el ritmo de juego. Su conexión con los demás compañeros, su lectura en el pase y su presencia en ambos costados de la cancha lo convirtieron en una pieza indispensable en el esquema de Joe Mazzulla.
Ambos jugadores se complementaron a la perfección, guiando a los Celtics hacia una victoria que les permite soñar con una remontada histórica. A esto se suma el trabajo colectivo: rebotes bien peleados, defensa en equipo y un banquillo que aportó con inteligencia y energía.
Knicks Pierden El Control Y Ahora Sienten la Presión
New York llegó a este encuentro con la oportunidad de cerrar la serie, pero dejó escapar esa posibilidad de forma preocupante. Aunque Josh Hart tuvo un gran rendimiento con 24 puntos —incluso tras sufrir una herida en el rostro que lo obligó a salir momentáneamente—, el equipo no tuvo la constancia necesaria para competir los 48 minutos.
Brunson anotó 22 puntos, pero su salida por acumulación de faltas con más de siete minutos por jugar dejó a los Knicks sin su principal generador ofensivo. A partir de ahí, la ofensiva se desmoronó y la defensa no pudo contener el vendaval celta.
El conjunto dirigido por Tom Thibodeau se vio desordenado y sin respuestas en el último cuarto, permitiendo que la diferencia se ampliara hasta 28 puntos. Ahora, con la serie 3-2, la presión cambia de lado: deberán definir en casa mañana para evitar un séptimo partido en el TD Garden, donde Boston ya demostró que no se da por vencido tan fácilmente.
Tu momento de victoria ha llegado en juegos como: Dragon’s Domain, Fist of Destruction, Gladiator Legends, y muchos más. 🐉
➡️ https://t.co/fEE4W22sRJ pic.twitter.com/eYiYPPQLjf
— Betcris (@Betcris) May 15, 2025
Una Serie Que Se Pone Al Rojo Vivo
La historia de la NBA está llena de remontadas, y aunque son pocas las veces que un equipo ha levantado un 3-1 en contra, los Celtics parecen creer firmemente en que es posible. Su actuación en este quinto juego fue una muestra de carácter, compromiso y fe. No solo ganaron, lo hicieron con autoridad.
Por el lado de los Knicks, aún tienen la ventaja, pero saben que el margen de error se acabó. Jugar en el Madison Square Garden será un factor importante, pero también lo será el temple que demuestren en un escenario donde Boston ya no tiene nada que perder y mucho por ganar.
La serie sigue viva, más intensa que nunca, y el próximo capítulo se jugará en una de las canchas más emblemáticas del baloncesto. Si algo nos dejó este quinto partido es claro: los Celtics no se rinden, y los Knicks tendrán que pelear cada segundo si quieren sellar su pase a las Finales del Este.